Esta iba a ser nuestra primera experiencia en una cursa de montaña y decidimos estrenarnos en una cursa nocturna en una noche de luna llena.
No era nuestra primera experiencia en esto de correr por la montaña ya que salimos casi cada día a correr
de 6 a 10 km por montaña y un día del fin de semana corremos de 15 a 20 km, pero si la primera con tanta gente corriendo.
También hay que tener en cuenta que parte del dinero de la inscripción iba destinado a ayudar con el Síndrome de Red
Teníamos que recorrer 10 km por una zona que además ya habíamos corrido muchas veces, así que no
había nervios, por que nuestro objetivo tampoco era ganar, eso nos da igual, corremos por el placer de correr en la montaña.
Nos reunimos todos en la Plaza da la Iglesia de Viladecans donde no faltó la animación antes de comenzar la carrera, sobre un pequeño escenario Muscle Man con un micro a lo Madonna nos daba lecciones de estiramientos.
Bueno yo también estiré pero a mi aire, mientras mi mujer y mi hija animaban a mi compañera de carreras, nuestra perra Irish.
Llega el momento de salir corriendo, la primera parte del recorrido es por la ciudad hasta llegar a la subida de la Masía Can Feral para entrar a la montaña.
Salimos corriendo dejando paso a los mas rápidos pero sin dormirnos para no quedarnos en la cola,
lo que busco es un puesto en el que corramos sin mucha aglomeración, Irish comienza la carrera mirando a todos lados como diciendo "me atacan los charlies" pero sin parar de correr, creo que está de acuerdo con mi decisión!!!
Llegamos a la Masía Can Feral y cogemos el camino que sube al cruce de Can Bori, una subida un poquito dura, pero en la que ya habíamos entrenado otras veces.
Al llegar al cruce nos esperaba un camión de Bomberos para refrescarnos con la manguera abierta como un aspersor, eso nos refrescó las ideas después de la subida para emprender una buena bajada con ánimos renovados.
Llegamos hasta la riera de Viladecans y aquí el camino es un poco jodido por que hay mucha piedra grande y los tobillos sufren, y teniendo en cuenta que corremos por la noche con un frontal para ver es fácil hacer un mal apoyo y sufrir un esguince, y aunque la tendencia general es bajar el ritmo, Irish y yo
tiramos millas como las cabras, estamos viendo la luna llena y es un placer correr bajo su luz.
Finalmente llegamos a la meta sudados como bestias pero en perfecto estado, buscamos un hueco tranquilito para que Irish beba agua y darle algún premio por haberse portado tan bien, casi nunca salimos a correr con la correa puesta, pero en este caso tenía que ser así!
La organización muy buena y el regustillo final de la carrera muy bueno, correr por la noche bajo la luz de la luna fue una experiencia genial.
Repetiremos.
Salut!!!



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